sábado, 12 de julio de 2014

A Lord Byron. John Keats.


Byron, qué dulcemente triste es tu melodía,
sosegada armoniza al alma con lo frágil,
como si la Piedad, con suave, inusual énfasis
hubiera hecho sonar su elegíaco laúd y, estando cerca,
tú hubieras esas notas apresado, sin dejar que muriesen.
Encubriendo pesares no eres menos
exquisito; tú vistes tu amargura
de un luminoso y esplendente halo;
como cuando una nube vela una luna de oro
y sus bordes adquieren brillantes resplandores,
o, atravesando el manto de la noche, surgen rayos de ámbar,
o como se deslizan blancas vetas por el oscuro mármol.
Sigue cantando, cisne moribundo. Sigue, sigue contando
el cuento que enajena, donde el dolor es dicha.


Título original: “To Lord Byron”, 1814. Traducción de Lorenzo Oliván.




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